martes, 19 de octubre de 2010

Resumen del Libro la Selva de los Símbolos escrito por Víctor Turner (Capítulos 1, 3 y 4)

Víctor Turner es un antropólogo que ha dedicado su vida al estudio de dos áreas específicas de la antropología: la política y la simbólica. La selva de los símbolos es un estudio simbólico del ritual Ndembu un pueblo africano del noroeste de Zambia, el análisis que presenta durante el libro está influenciado por las prácticas culturales de estos individuos y su objeto es llegar a conocer su sistema ritual total.

Así, el autor comienza definiendo que es el ritual y que es el símbolo que son las categorías de análisis a utilizar a saber: ritual es “una conducta formal prescrita, en ocasiones no dominada por la conducta tecnológica, y relacionada con la creencia en seres o fuerzas místicas. El símbolo es la más pequeña unidad del ritual que aun conserva las propiedades especificas de la conducta ritual; es la unidad última de estructura especifica en un contexto ritual” (Turner, 1978:21). Los símbolos pueden encontrarse representados en las culturas de diferente forma como objetos, actividades, relaciones acontecimientos y otras prácticas en un contexto ritual.

Para el autor la estructura y las propiedades de los símbolos en los rituales pueden ser representadas en tres fases: la primera tiene que ver con la forma externa y las características que son observables al investigador, la segunda es el momento de la interpretación tanto de los especialistas rituales como de los fieles comunes y la tercera son los contextos significativos que los antropólogos elaboran del ritual. Para la interpretación de un ritual es de suma importancia reconocer los símbolos dominantes pues estos suelen contener el núcleo de la visión de mundo de la cultura en estudio, es ahí donde se refleja lo que están pensando los individuos, es decir, los valores axiomáticos.

Turner ejemplifica lo anterior con lo observado en el ritual Ndembu en cuanto a la representación del árbol de leche, según la interpretación del autor este símbolo es la representación de la matrilinialidad de donde depende la continuidad de la sociedad Ndembu, que es la base donde se fundamenta la estructura social de esta cultura, por tanto también representa el sistema total de interrelación de los grupos y los individuos demarcando diferenciación e incluso posición social, asimismo en otros contextos puede representar la posición social de la mujer en la sociedad Ndembu como la novicia o la relación madre o mujeres adultas e hija.

Para el autor los símbolos tienen tres propiedades esenciales: la primera es la de condensación pues es en una sola forma donde se concentran muchos significados. La segunda es una unificación de significata en donde hay una unificación simbólica de atributos ya sea en el hecho o en el pensamiento permitiendo unificar las ideas y los pensamientos difusos en la sociedad. Por último, la propiedad de polarización del sentido, que es la segregación de dos polos de significado distinto, el primero se refiere a los componentes de orden social y moral de grupos que tienen que ver con la estructura, el otro polo es la significata que se refieren a procesos naturales y fisiológicos.

Las forma en que el antropólogo o antropóloga interpreta la realidad simbólica que está estudiando a través de los símbolos dominantes e instrumentales tiene que ver con qué se va a decir de la conducta observada, en ese sentido, los rituales son los momentos en donde la sociedad Ndembu en este caso, reanima las normas y valores consagradas las cuales expresan de forma verbal, pero que son la representación de los conflictos sociales, las emociones que estos representan también son observables en la representación de los símbolos dolor, tristeza, alegría y otros, dichas emociones son el punto de encuentro de la cohesión social y la continuidad tribal.

La interpretación antropológica puede pasar por lo que los actores dicen que hacen, pero hay un momento más profundo y es contraponer ese discurso con lo que los actores no dicen pero que se puede debelar en el análisis. Estudiar los símbolos puede ser la mejor manera de desentrañar los valores y normas que están mostrando los rituales, pero no solamente los símbolos en tu contexto ritual o en lo local, sino también, estudiar otro tipo de símbolos en contextos rituales diferentes puede permitir ampliar el rango de explicación incluso mostrar discrepancias en las visiones que los nativos tienen con lo que está representando el ritual.

Los procesos de ritualización consisten en hacer visibles, audibles y tangibles ideas, pensamientos, sentimientos y emociones en general que dan cohesión a la vida social, cualquier expresión diferente puede poner en peligro la unión del grupo, por tanto el autor pone el ejemplo del ritual ihamba en donde los individuos expresan sus malos sentimientos con la sociedad y después se manifiestan los beneficios del ritual y es ahí donde los individuos se purifican de sus deseos rebeldes y como resultado voluntariamente se someten de nuevo a las normas sociales regulares.

Dentro del análisis el autor plantea que no sólo los rituales del sexo y la edad son de relevancia en la sociedad Ndembu es más, la clasificación de colores juega un papel clave en el desarrollo de los rituales en general.
“Encontramos así pues a los tres colores asociados de manera bastante general con los ritos de paso, y entre los Ndembu y los Chokwe, asociados igualmente con el dios supremo. De los tres colores el blanco parece ser el dominante, y el más unitario, el rojo parece ambivalente, porque es a la vez profundo y peligroso mientras que el negro parece ocupar el papel del compañero silencioso, el tercero en la sombra, opuesto en cierto sentido tanto al rojo como al blanco, en tanto que representa la muerte, la esterilidad y la impureza” (Turner, 1978: 75).

Para Turner la idea es que dentro de las producciones simbólicas humanas están los tres colores que hacen referencias corporales y emocionales lo cual quiere decir que lo súper orgánico o la cultura tienen que ver con lo orgánico o experiencias físicas poderosas. Se puede concluir que las experiencias físicas asociadas a los colores son representaciones directas de relaciones sociales, sin embargo, el rojo y el blanco tienden a ser diversas en todas las culturas no así, el negro ya que en la mayoría de las veces le hace referencia a procesos o productos de catabolismo corporal.

Esta clasificación de colores tríadicas y diádicas son relaciones sociales en función de sistemas ideológicos que controlan las relaciones humanas sumado a la experiencia psicobiológica de la razón y los sentidos es como surge esta clasificación primaria de la cual surgen los demás sistemas de clasificación de la humanidad.
Entre lo uno y lo otro es la explicación del periodo liminar en los ritos de pasaje que se pueden encontrar en todas las sociedades y que se refieren a establecer transiciones entre estados distintos, entendiendo por estado por situación relativamente estable y fija, que puede ser el estatus legal, o reconociendo los grados de madurez de las personas, también puede ser situaciones ecológicas, estados mentales o emocionales. Estos estados en algún momento de los ritos tienden a transformarse pasando de lo uno a lo otro.

Turner retomando a Van Gennep propone que estos ritos tienen tres fases: separación, margen (limen) y agregación. La primera tiene que ver con un momento de separación del grupo o del individuo a la estructura social, en la segunda el estado del individuo o grupo (pasajero) es ambiguo en donde no se encuentra ni entre el estado pasado ni el venidero, y la tercera es cuando ya se ha consumado el paso.

En El Salvador podemos encontrar diversidad de ritos religiosos, sociales, políticos ya que como menciona Turner estos son parte de la cotidianidad social que pretende transformar los individuos o grupo. Un ejemplo muy común es el del bautismo pues es un momento al que la mayoría de personas religiosas se someten, aplicando la teoría del ritual de Turner podemos decir que la etapa de separación es cuando el niño sale de su casa con la familia y los visten de forma especial, la fase liminar es cuando comienza la misa y el momento propiamente liminar es cuando lo sumergen en el agua bendita pues ahí donde se somete y no está bajo ningún orden social establecido, la fase de reintegración es la despedida de la misa y la tradicional celebración.

El ritual del bautismo es ejemplificador pues permite entender que el niño o niña es parte de la sociedad común, sin embargo con el rito de pasaje este se convierte en la comunidad de dios, se purifica, se transforma permitiendo adoptar las normas y valores del estado que lo recibe, en el rito se encuentra una serie de símbolos sin embargo, el dominante seria el agua que es el que lleva a cabo la purificación así como en la misa seria la cruz.

En conclusión la propuesta de análisis simbólico para rituales de la sociedad de Víctor Turner es vital para la antropología pues permite entender cómo las sociedades están desarrollando y transformando visiones de mundo, así como conservando y reafirmando valores que les dan cohesión y continuidad en la estructura.


Bibliografía:
Turner, Víctor
1978 La Selva de Los Símbolos. Editorial Siglo Veintiuno.




miércoles, 13 de octubre de 2010

El Hechicero y su Magia

Claude Lévi-Strauss: Capítulo IX El Hechicero y su Magia (libro: Antropología Estructural)

En este capitulo el autor trata de explicar, con base en el trabajo de W. B Cannon -que crea la teoría de la biopsicología de las emociones – como funcionan los mecanismos psicofisiológicos de la magia y la hechicería.

En ese sentido Lévi-Strauss reconoce que la eficiencia de la magia se da por tres elementos complementarios:
en primer lugar, la creencia de hechicero en la eficacia de sus técnicas; luego, la del enfermo que aquél cuida o de la víctima que persigue, en el poder del hechicero mismo; finalmente la confianza y las exigencias de la opinión colectiva, que forman a cada instante una especie de campo de gravitación en cuyo seno se definen y se sitúan las relaciones entre el brujo y aquellos que él hechiza” (Lévi-Strauss, 1995: 196)

El autor toma tres historias con las cuales pretende responder a una pregunta central que es punto de partida para iniciar esta discusión:

“¿cuál es la parte de credulidad y cuál la de crítica en la actitud del grupo, respecto de aquellos en los que reconoce poderes excepcionales, a los que otorga privilegios correspondientes, pero de los cuales exige asimismo satisfacciones adecuadas?” (Lévi-Strauss, 1995: 196)

Consideramos que el objetivo del autor es demostrar como los símbolos tienen una eficacia real en la vida cotidiana y que es lo que produce las reacciones psicofisiológicas, y como através de los signos se pueden recrear situaciones que producen reacciones de carácter orgánicas.

En ese sentido Lévi-Strauss se plantea las enfermedades como de carácter social donde éstas no son puramente biológicas sino que tienen que ver con el elemento psíquico.

Por otra parte, consideramos, que el autor manifiesta que la medicina tradicional implica la relación tanto de la medicina, entendiéndola como el cuerpo del individuo, y el alma, que sería la parte psicológica del individuo.

Los tres elementos mencionados anteriormente – el shamán, el paciente y la comunidad- el autor los analiza de la siguiente manera: primeramente el shamán cura porque maneja un lenguaje social y que es un producto de la comunidad. Es también en la comunidad donde hay que buscar los símbolos que el shamán utiliza para curar al paciente. Además el shamán es un especialista ritual que la comunidad lo ha designado como tal, éste personaje se construye socialmente.

Otro de los puntos importantes del texto es el concepto de abreacción que el autor retoma del psicoanálisis que se refiere al hecho de que el paciente revive una problemática o trauma pasada para encontrarle solución. En ese sentido el autor hace la comparación entre el trabajo del psicoanalista y el del shamán.

El psicoanalista escucha al paciente y hace que el mismo encuentre la solución a su problema. El Shamán revive el trauma y construye el discurso con el que según él podrá resolver el problema del paciente. “El papel más difícil de definir es el que ambas técnicas reservan al grupo, porque la magia readapta el grupo, por medio del enfermo, a problemas predefinidos, mientras que el psicoanálisis readapta al enfermo al grupo, mediante soluciones introducidas. “(Lévi-Strauss, 1995: 209)


Aplicándolo a la realidad nacional podríamos hablar de las iglesias evangélicas donde el pastor cumple la misma función del shamán es decir, donde el pastor es el que revive el trauma y es él mismo el que da la solución al enfermo. Lévi-Strauss habla del espectáculo del shamán (Lévi-Strauss, 1995: 207)  ya que este revive intensamente la situación original que produjo el trastorno del paciente. Así como ocurre en el caso de estas iglesias donde el pastor, designado por la comunidad de creyentes, tiene la capacidad de solucionar el problema de los individuos; es decir que maneja un lenguaje social que es parte de este grupo.

Bibliografía:

Lévi-Strauss, Claude
1995                           Antropología Estructural: Capítulo IX. El Hechicero y su Magia.                                      Ediciones Paidós, Buenos Aires


martes, 5 de octubre de 2010

Resumen de Pureza y peligro: un análisis del concepto de contaminación y tabú capítulos I y II (Mary Douglas)

Mary Douglas es una antropóloga británica especializada en el sistema de símbolos específicamente religiosos, el libro Pureza y Peligro es su obra más famosa y en la actualidad sigue teniendo influencia en los estudios comparativos de los sistemas religiosos. Este trabajo contienen un breve resumen de los capítulos uno y dos: la impureza ritual y la profanación secular respectivamente.

En el primer capítulo la autora trabaja la idea de las relaciones de higiene y suciedad con pureza e impureza en los rituales de las sociedades no complejas, y plantea que la idea de suciedad presenta dos características: uno el cuidado de la higiene y dos el respeto de los convenciones o acuerdos que se tracen culturalmente en referencia a ella.
 Sin embargo, el respeto a los acuerdos rituales con respeto a lo sagrado que hace referencia a lo higiénico o no pasa no solamente por el apego a la regla sino también por la poca diferenciación que existe entre lo sucio y lo sagrado  las culturas no occidentales, quienes tienen poca idea de prohibición, mientras que para las sociedades occidentales la división entre lo sagrado y lo sucio impacta la vida cotidiana de los individuos.
Lo más común dentro de las sociedades primitivas, como las llama la autora, para diferenciar lo profano de lo sagrado es la división de los dioses entre benévolos y malévolos, y aun así la diferencia es cuestión de grado puesto que en ocasiones los dioses benévolos pueden castigar.
Asi, Douglas plantea que con esa premisa se hace la primera gran clasificación entre religiones primitivas y religiones avanzadas, se piensa que cuando una religión es primitiva las reglas de la santidad y las reglas de la impureza se confunden, y por otro lado, cuando la religión es avanzada las reglas de impureza desaparecen de la religión.
Según la autora a partir de que Edward Tylor propone le concepto de civilización como resultado de un estado original semejante al de los salvajes actuales, y que en la vida diaria de las sociedades complejas existen supervivencias, concepto que hace referencia prácticas sociales  culturales que son producto de la costumbre; a partir de él surge un referente importante para el tema Robertson Smith quien retoma el concepto de supervivencias para explicar la persistencia de las reglas irracionales de la impureza. En ese sentido para la autora Tylor fundó el folklore, Smith la antropología.
Smith fue un referente teórico importante para dos autores que se especializaron en el tema religioso: Frazer y Durkheim quienes retoman sus ideas, el primero con ideas confusas que lo llevan a un callejón sin salida y el segundo con un planteamiento claro haciendo la diferenciación entre lo sagrado y lo profano; marcando una diferencia epistemológica en el estudio de las sociedades primitivas y sus prácticas religiosas.
En el capítulo II: la profanación secular, según Mary Douglas hay dos discusiones académicas en el materialismo medico sobre la idea de que el rito primitivo tiene por objeto la higiene. La primera explica que hasta los ritos más antiguos sostienen una base sólida de higiene, la segunda dice que aunque si bien es cierto el rito primitivo tiene una base higiénica adoptan la posición contraria con respecto a esta. Según la autora, ninguna tiene validez contundente pues el estudio del rito no logra posicionarnos con respecto a nuestra propia idea de higiene y suciedad.
Así, Douglas plantea que la mayoría de los pueblos primitivos son materialistas médicos en cuanto a que hacen diferencias entre sus ritos a través de las enfermedades y dolores que llegan cuando se descuidan los mismos. En ese sentido, las reglas rituales tienen su base en la creencia de peligros específicos sino se cumplen.
No obstante, las ideas de higiene de los occidentales y los primitivos no tienen nada que ver, los primeros lavan, limpian desinfectan y aíslan obteniendo un parecido de forma pero no de fondo pues para los occidentales están lidiando con gérmenes para los primitivos con espíritus y deidades.
Al final la autora plantea que el estudio de las sociedades primitivas se aterriza en el sistema simbólico pues sus relaciones con el medio, tanto de higiene como de suciedad en los ritos tiene que ver con sus elementos simbólicos, así, lanza la inquietud de estudiar la diferencia entre la contaminación ritual y la idea de suciedad de la cultura occidental.
“La cultura es el sentido de los valores públicos establecidos en una comunidad mediatizada las experiencias de los individuos” por tanto no se puede concluir que la higiene occidental es equivalente a limpieza y que la higiene ritual de las culturas primitivas es simbólica, en general la forma de evaluar la higiene y la suciedad pasa por un esquema mental de valores y concepciones acerca de lo que se debe o no hacer, y los símbolos que representan esas prácticas son culturales por tanto, la visión occidental de limpieza también es simbólica.
En El Salvador existen prácticas de magia tanto en el campo como en la ciudad, por ejemplo la conocida práctica del mal de ojo consiste en hacer una combinación de hiervas con un huevo y en pasar el huevo por el cuerpo del niño o niña y escupirle toda la preparación con mucha saliva, de hecho este es un elemento esencial dentro del ritual, para cualquiera esto puede ser una práctica sucia, no obstante forma parte de una etapa ritual que va mas allá del hecho físico sino tiene que ver con la creencia en que de esto depende la vida de una persona, por lo tanto de igual forma la higiene o la suciedad pasan por un ojo cultural de la sociedad y la persona que practica los hábitos y que estos le dan resultado o no.

Bibliografía
Douglas, Mary, 1973. Pureza y peligro: un análisis del concepto de contaminación y tabú. Madrid, Siglo XXI editores.